No digo por ejemplo dos miradas dos miradas la una paralela de la otra ni quiero decir dos miradas que se encuentran porque en ese momento en ese cuerpo y en ese cuerpo la mirada no importaba más que nada, o sí, me retracto y me digo lo contrario, la mirada en ese cuerpo no estaba en los ojos ni en la cara ni en la posición de la mandíbula como acostumbra sino que era absoluta, la mirada le salía de toda la carne, del cuerpo entero y no solamente del cuerpo de carne sino que le salía, se le escapaba, de los otros mil cuerpos además del cuerpo de carne que el dueño de un cuerpo tiene. Y lo mismo digo de la mujer, le pasaba lo mismo.
Así que era como bailar conocerse.
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